Con Sinclair fuimos a comer al Café Tomodachi nuevamente, esta vez para almorzar. La verdad es que soy muy mañosa y me cuesta comer en cualquier lugar, pero debo decir que me sorprendió este café.
En otra ocasión ya había ido con una amiga antes, pero no tomé fotos como para mostrarles... Esta vez si lo hice, pero me acordé un poquitín tarde... ji ji. Así que les comentaré como me fue.
Tienen un menú de $2.750 que incluye:
-Pan con mantequilla
-Bebida/Jugo
-Plato de Fondo
-Una bolita de helado de piña
-Café espresso o té.
De los platos, recuerdo que hay Kitsch, Fetuccini con salsa Alfredo (crema con trozos de jamón), Puré de papas con albondigas, Pastel de Choclo, Lasagna con Salsa Boloñesa, Pulpa al jugo con crema de espinaca/arroz.
La primera vez probé los fetucchinis y me gustaron bastante. Eran suaves, la crema no muy hostigante y las masitas no estaban ni pegotiadas ni duras. El Kitch no lo probé, pero a mi amiga le gustó mucho y tenía muy buen aspecto.
Esta vez con Sinclair me pedí el Pastel de Choclo, y él se pidió la Lasagna. Esta última estaba rica de sabor, pero le faltaba un poco de consistencia para sentirla "llenadora". En mi caso, el pastel de choclo lo encontré un poquitín saldado, pero estaba rico y suave. La verdad es que soy muy difícil con el pastel de choclo porque mi abuela hace uno demasiado rico, y estoy acostumbrada a comerlo con una capita de caramelo encima. Me sorprendió que encontré un poco de pollo, pero Sinclair me dijo que eso era normal... Bueno, costumbre por la abuelita.
Los platos no son ni tan contundentes ni mezquinos. Yo encuentro que está bien para una persona, pues con lo que viene agregado, uno queda satisfecho, pero no lleno hasta reventar. En síntesis, quedas equilibrado.
Es una buena opción si están de paseo por el Museo Bellas Artes, por el Parque Forestal o por el cerro Santa Lucía. Es bueno, bonito y barato, cómodo y acogedor, y atienden rápido.
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