Como está escrito en el costado del blog, los mejores panoramas son los que surgen espontáneamente. Eso me sucedió hoy después de haber terminado un trámite en la mañana.
Junto a Sinclair salimos a almorzar y, como tenía el día libre, después de eso le pedí que me acompañara a caminar por el Drugstore. Sólo por tincada se me ocurrió ir directo al piso subterráneo y mirar hacia mi derecha.
Me encontré con una tienda que no había visto, y que seguramente era nueva porque había un buen número de personas vitrineando ahí. Se llamaba My Mix y, como lo dice el nombre, había un mix de cosas muy interesantes y entretenidas: desde tarjetas de felicitaciones que al abrirlas parecían una pequeña escena (como los cuentos en los que se levantan las figuras para darle dinamismo a la historia), hasta peluches, pendrives y magnetos de personas famosillas en sus respectivas áreas (Freud, Van Gogh, Gandhi, Che Guevara, entre otros). Los magnetos me hicieron reir, pues habían algunos que eran para vestir al famoso aquel y no pude aguantar reírme de una imagen de Freud con traje de baño. También me llamó la atención un objeto que servía para guardar cuchilos que atravesaban a una persona.
También fuimos a la tienda Cómodo, tienda imperdible de revisar cada vez que voy para allá. Esta vez en la vitrina principal tenían tres bicicletas con canastos de mimbre... ¡Quiero una bici!
Después caminamos hacia abajo por Avenida Providencia hasta llegar a El Patio. Hacía tiempo que tenía ganas de ir para allá, especialmente después de haber escuchado la mala noticia de que iban a demoler el lugar. Una vez había ido con una amiga a tomar unas bebidas en la noche al Phone Box Bar, y esta vez fue bonito poder apreciar el lugar con la luz del día. Aproveché de ver algunas tiendas de libros y fotografiar el espacio para tenerlo de recuerdo. Realmente es un lugar muy bonito, el cual da mucha pena perder. Me encantaría recomendarlo como paseo obligatorio por Santiago, pero ya a partir del 2013 no estará. Incluso, ya hay tiendas que se están trasladando.
Ya con mucha caminata, me dieron ganas de leer. No me gusta leer en cualquier lado, así que como sabrán, privilegié la oportunidad de beber un café por ahí. Encontramos un Starbucks que no tenía idea de que existía. Está (si no mal recuerdo) en la calle La Concepción, junto a un Tavelli y frente al Starlight. Como era de esperarse, me tomé un Moca Blanco Frapuccino, mientras que Sinclair pidió un Moca. Nos sentamos afuera a beber el café y de pronto comenzaron a caer gotas de agua. Y bueno, ¡después granizó! Por suerte ya estábamos en una micro.
En fin, realmente fue un día muy entretenido. La verdad es que no me esperaba tanto panorama, pero disfruté mucho el caminar por Providencia con un clima tan extraño.
3 comentarios:
Lluvia, frío y granizo. ¡Bienvenida, primavera!
Oh, la tienda de libros de segunda mano... ¡Hasta olía a libro antiguo! Tengo ganas de ir, ver qué hay y quizás intercambiar algún libro interesante.
bkn my mix!
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